Como dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Manuel Romo Parra, se vio “entre la espada y la pared” en el enfrentamiento entre el gobernador Enrique Alfaro Ramírez y el dirigente nacional Dante Delgado Rannauro, aunque nunca dudó en ponerse del lado y apoyar al líder político y moral del Grupo Jalisco “naranja”.
Su posición nunca fue cómoda, pues institucionalmente debía prestar atención a las indicaciones de su jefe de partido.
Sin embargo, siempre buscó estar ajeno al pleito, y se concentró a cumplir con su trabajo, con su obligación, para evitar que lo construido del 2021 a la fecha se le descompusiera.
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Para muchos emecistas estuvo a la altura del momento, pues nunca buscó ser un protagonista más del “zipizape”, dejándole el terreno a quienes deberían de estar en él, sin pretender aparecer más allá de lo debido.
La postura guardada en aquellos momentos difíciles, complicados, pues no era cualquier diferendo entre “equis” militantes, es lo que hoy le permite mantener un partido cohesionado, coordinado, ordenado, tan necesario para ponerlo a prueba durante las precampañas ya en curso: a la gubernatura y a las presidencias municipales.
Después de ellas, tendrá oportunidad de realizar una evaluación de lo sucedido, “apretar” donde tenga que “apretar”, corregir donde tenga que corregir y mantenerse donde no hay necesidad de hacer modificación alguna.
Si la precampaña de Jesús Pablo Lemus ha sido deslucida o cuando menos no ha resultado lo que se esperaba ante quien se ofertó como el emecista más popular de Jalisco, no es culpa de Romo Parra ni del partido, como tampoco lo es en aquellos municipios donde los candidatos “no prenden” como hubiesen querido, pues finalmente la membresía “naranja” podría no estar tan animada como en el 2018 cuando la figura de Alfaro Ramírez era atractiva.
O como en el 2021 cuando tuvieron que implementar “de última hora” la intensa campaña del “voto útil” vendiéndose como el único partido que podía ganarle a Morena.
Hoy Manuel Romo sabe que el emecismo jalisciense no vive sus mejores momentos, pues el desgaste del gobierno alcanza a “salpicarlo” como partido y, por el contrario, tendrá que aplicar estrategias que contrarresten de alguna manera la inconformidad y hasta el enojo y disgusto ciudadano en contra de los gobiernos “naranjas”.
El trabajo de partido será importante en el proceso electoral a partir del arranque de las campañas. Y aquí será cuando se ponga a prueba el trabajo de Romo Parra y su equipo, pues no le dice mucho al electorado ese eslogan de los #BuenosGobiernos, por mucho que se repita.
Este tiempo de asueto le servirá al dirigente estatal de MC para “cargar ´pilas”, afinar estrategias para cuando haya que aplicarlas, demostrar que, efectivamente, el diferendo Dante-Alfaro no afectó su trabajo al frente del partido.
Al cierre de este año, podemos afirmar que Movimiento Ciudadano aun se encuentra arriba en las preferencias ciudadanas, pero con un Morena que le “pisa los talones” y que puede no sólo darle un “susto” al inicio del 2024 sino hasta rebasarlo en el período de las campañas.
Y si no, al tiempo…