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Por el bien ciudadano

movimiento ciudadano y la hora de la verdad
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El 2025 será el año de la verdad para Movimiento Ciudadano Jalisco, ya sin el líder político que le dio fuerza y presencia a lo largo de 12 años, dos sexenios, a partir de 2012 cuando el partido de Dante Delgado Rannauro “adoptó” a Enrique Alfaro Ramírez como su candidato a la gubernatura, en tanto aún transitaba de la mano de Andrés Manuel López Obrador en busca de la presidencia de la República.

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Hoy el alfarismo desapareció de MC. Ni Clemente Castañeda ni Hugo Luna, que hoy despachan como legisladores federales, uno en el Senado y el otro en San Lázaro, y mucho menos Enrique Ibarra Pedroza o Ismael del Toro Castro, que se encuentran ya fuera de la política activa, tras concluir el primero su gestión como secretario general de Gobierno y el segundo al no regresar a ella luego de renunciar a buscar la reelección como alcalde de Guadalajara en el 2021, pueden ser considerados herederos de esa corriente y ya ni siquiera sus representantes.

Tampoco lo son Mirza Flores Gómez, la actual dirigente estatal del partido; ni sus antecesores Manuel Romo Parra y Ricardo Rodríguez; ni Verónica Delgadillo, alcaldesa de Guadalajara, ni Alberto Esquer Gutiérrez, hoy jefe de gabinete del gobierno del Estado; y ni Salvador Zamora, secretario general de Gobierno…

Y ni cómo considerar o presumir, al más viejo estilo de los priistas o del propio Movimiento Ciudadano en tiempos de Alfaro -en eso nunca hubo diferencia-, al gobernador Jesús Pablo Lemus Navarro como el “primer emecista del Estado”, y se desconoce si desde la cúpula del poder querrá controlar, hacer y deshacer al interior del partido como ha sido la tradición, independientemente del color partidista de quién despacha desde Casa Jalisco.

Hoy Movimiento Ciudadano Jalisco vuelve a ser el partido de Dante Delgado Rannauro y de cuyo futuro se encargará Jorge Álvarez Máynez, el nuevo dirigente nacional que parece no saber qué hacer al frente del partido.

En su mensaje del 7 de julio del 2023, luego de anunciar que no buscaría ser candidato a la presidencia de la República, Alfaro Ramírez afirmó: “Entregaré mi estafeta política en mi estado a los extraordinarios liderazgos que se han formado en la lucha que desde hace 20 años hemos dado juntos. Tendrán que ser ustedes los que asuman la responsabilidad de enfrentar la siguiente elección como lo hicimos siempre: con humildad, con unidad, con principios. Sé que lo van a hacer muy bien y que este proyecto tendrá continuidad después del 2024…”.

Al parecer, esos “extraordinarios liderazgos” se esfumaron. Ninguno de quienes se formaron “en la lucha que desde hace 20 años hemos dado juntos”, tomó esa estafeta política.

Es más, a ninguno de ellos se la entregó, porque su liderazgo fue arrastrado por el conflicto electoral y el desdén presidencial de López Obrador y Sheinbaum Pardo en el ocaso de su gobierno. Por eso hoy no hay “herederos” del alfarismo. Por eso difícilmente “su” proyecto tendrá continuidad “después del 2024”.

Hoy no hay nadie de aquel Grupo Compacto, del llamado Grupo Jalisco en MC que se integró en Tlajomulco, que haya tomado la estafeta del alfarismo. Se desdibujó y sus integrantes originales igual.

Hoy le corresponderá a Mirza Flores sacar a flote a un partido que no tiene ya en Jalisco “una mano que meza la cuna”. Su capacidad de dirigente estará a prueba en un momento en el que al interior ya comenzó la carrera con miras al 2030, conocedores de que antes tendrán que pasar la aduana del 2027.

Ignoro si Flores Gómez ya se enteró de eso, pero está a la vista de propios y extraños. Y ahora tendrá que estar a merced de las decisiones del “centro”, de su dirigencia nacional, pero de esto hablaremos más adelante. Hoy tendrá que hacer política de verdad, no sólo de redes sociales.

Por eso, el 2025 es el año de la verdad para Movimiento Ciudadano Jalisco con miras al 2027-2030, pues tendrá que demostrar que la ausencia de su líder político no desmoronó su “legado” y “proyecto político” como se avizora.

Y si no, al tiempo…


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