El pragmatismo del partido Morena se está saliendo de control. Está generando más molestias que respaldo. Más dudas que certezas. Más preguntas que las respuestas que encuentra.
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La militancia no entiende la política de puertas abiertas que permite el ingreso casi de quien sea sin un mínimo de pudor por los oscuros pasados que cargan varios de los nuevos integrantes del morenismo.
Se desmorona el recato y la honestidad frente a las prácticas inconfesables de reclutamiento y acomodamiento de otrora miembros de la oposición, a quienes el proyecto de la 4T les otorga un peso específico infinitamente superior al que tienen.
Frente al respaldo ciudadano de 36 millones de votos obtenidos por Claudia Sheinbaum en la pasada elección ¿qué puede aportar un personaje como Adrián Ruvalcaba?
Hoy, la izquierda vive un momento diferente con relación a 2017 antes de que Andrés Manuel López Obrador ganara la presidencia de la República, ese año la principal consigna era ganar la elección, en este momento, luego de recibir el apabullante apoyo ciudadano en las dos últimas citas electorales, la tarea debe ser terminar de construir el proyecto de la 4T y consolidarlo para transmitirlo a quienes vienen detrás. Para esa tarea no se requiere la “ayuda” de muchos que se están incorporando y que abiertamente hace unos cuantos meses se mostraban contrarios al proyecto de la izquierda morenista.
No es pragmatismo, es una evidente falta de capacidad de los y las líderes para encauzar el respaldo de la población. Es peligroso que no existan miramientos en el reclutamiento.
Se duda del poder de los electores, de su confianza depositada en el partido, Morena no necesita lo que anda pepenando, necesitan seguir teniendo el apoyo de pueblo.
Muchos de los nuevos morenistas no aportan ni cooperan, solo los mueve el instinto de pegarse a la ubre para seguir mamando del presupuesto público.
En este contexto, llama poderosamente la atención la petición que hace la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum con respecto al nuevo director del Metro, Adrián Ruvalcaba: “denle una oportunidad”. Lamentable y peligrosa petición. No es necesaria, ni tampoco es correcto su nombramiento.
Claudia tiene todo para dar un manotazo y consolidar un proyecto. Un programa que hoy cuenta con la mayoría calificada en las cámaras de diputados y senadores, con 23 gubernaturas y el gobierno de la Ciudad de México, además de la mayoría de los congresos locales y una amplísima presencia en los gobiernos municipales.
Por ello, es urgente que materialice las líneas de la carta que ella misma redactó y envió a su partido previo al congreso morenista. No olvidemos que los caballos de Troya nunca dejan de relinchar.
Como la misma presidenta dice, “nunca debemos olvidar nuestro pasado”, en ese sentido, Morena de debe olvidar el pasado de varios oportunistas que hoy se acercan a la sobra del árbol. Se vale el pragmatismo, pero hoy ni siquiera se requiere. La 4T debe evitar caer en el pragmatismo sin principios.
- Profesor del Tecnológico de Monterrey.
- @contodoytriques.